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Opinión Semanal: ¿Como afectarán los tratados comerciales en la soberanía nacional?

  • Foto del escritor: Borde Tv Zumpango.
    Borde Tv Zumpango.
  • 15 ago 2019
  • 3 Min. de lectura

Yair Hernandez


Desde la imposición del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), se ha sugestionado la propia finalidad del proceso comercial que México ha representado para con Estados Unidos y Canadá, siendo una de las mayores acusaciones la falta de cumplimiento entre el sistema económico-gubernamental para con la población nacional. Esto se justifica en la promesa entre crecimiento agrupado entre las tres naciones pero, que al contrario, ha generado problemas que han afectado al tercio internacional, incluso a terceros que, indirectamente, han sido arrastrados por la promesa de estabilidad.


Con el tratado se buscaba experimentar una colaboración internacional entre los países de América del Norte, que fomentaran el comercio exterior y que, paralelamente, incrementaran la economía en su interior. Lo que no se especifica es que, para poder comercializar internacionalmente con potencias económicas e industriales, al parecer es necesario también estar a la par de estas, pues de lo contrario los recursos que ofrecen se verán perjudicados, y con estos, los problemas económicos y financieros dentro del país incrementarán, generando otros problemas sociales.


Entonces podemos decir que nuestra soberanía nacional se ha modificado, o en el peor de los casos, se ha vendido. Con el permiso de importación se ha manifestado también una mejor aceptación por parte de la ciudadanía nacional hacia la cultura y el manejo por parte de capitales extranjeros. La presencia de comercios, productos y empresas extranjeras se ha diversificado, y con ello nuestro comportamiento también.


Esta transformación le ha permitido a las naciones experimentar un nuevo proceso de “colonización” dentro del país, donde ahora los ideales de expansión tienen la forma de nuevos sectores productivos y empresariales que puedan explotar dentro del país, sin restricciones debido al incremento de capital por parte de estos que, a su vez, les permite cobrar además nuevos impuestos que se diversifican entre aranceles, salarios, privatizaciones, entre otros, con los cuales arrastran a la economía nacional.


La nueva implementación pareciera no tener fin, pues aunque se propongan nuevas estrategias para mancillar esta forma de explotación parcial, no es tan fácil implementarlas, ya sea por la propia velocidad a la que cambia y crece la economía internacional, o porque no les conviene a los intereses patrimoniales de empresas privadas y gubernamentales exteriores.


¿Cómo se desarrolla la política exterior mexicana en relación a la globalización?


Durante la mayor parte del siglo XX, México se desempeñó como un país neutral o “indeciso” con respecto a la división ideológica y económica que se suscitaba por aquella época, donde el capitalismo representado por Estados Unidos y el socialismo representado por la desaparecida Unión Soviética contemplaba una fuerte lucha que decidiría la dirección de los bienes y servicios entre las naciones.


México no simpatizaba con ninguna de estas ideologías, por lo tanto fue catalogado como país de “tercer mundo”, donde los países que estaban encasillados en esta denominación compartían la característica de estar rezagados industrialmente, por lo tanto no podían competir con las grandes potencias económicas de la época.


El gobierno no podía intervenir en ningún asunto político exterior, debido a acuerdos establecidos después de la Revolución, por lo que se presentó como un buen lugar de asentamiento para refugiados que huían de las dictaduras de sus respectivos países, sobre todo de Sudamérica. Durante esta conmoción, varios grupos sociales establecían la posibilidad de pertenecer al primer bloque, el capitalista, mientras que otros presentaban afinidad por el bloque contrario, el socialista, aunque estos últimos eran minoría.


Al principio a Estados Unidos no le interesaba introducir a México dentro de su categoría, solo buscaba un acuerdo comercial con los principales exponentes del resto de América para evitar que se alinearan al bloque socialista, y así fue durante mucho tiempo, hasta que en la década de 1970 se presentaron diversos problemas económicos que afectaron al país por casi una década.


Después de esto se propuso la integración de México al primer mundo, con lo que se acordaron varios tratados comerciales que impulsarían la economía nacional expandiendo las exportaciones e importaciones hacia Estados Unidos y Canadá, mejorando la industria y generando nuevas oportunidades laborales.


México asumió así un papel importante dentro de las principales potencias internacionales, integrándose en 1994 a la OCDE, donde se presentó como un potencial aliado para el desarrollo económico y social, y abriendo sus puertas a la exportación e importación masiva con casi cualquier país que conformara esta organización o no.

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